¡Hola familia! Hoy os traigo un post sobre El reflujo en bebés. En esta entrada os cuento los tipos de reflujo, cómo detectarlo y el tratamiento desde la fisioterapia. ¡Espero que os guste!

El reflujo es un retorno involuntario a la boca de alimento ya ingerido. Suele provocar irritación, acidez y vómitos. Coloquialmente, en los bebés, se le llama “bocanada de leche” y suele estar provocado por la inmadurez del sistema digestivo. En la mayoría de las ocasiones desaparece antes del primer año de vida.

Si nuestro bebé presenta reflujo, lo primero que debemos hacer es comentarlo con su pediatra para que valore las posibles causas.

Existen diferentes tipos de reflujo: gastro-esofágico, fisiológico y silente.

En el reflujo gastro-esofágico el bebé vomita la leche entre las tomas (no justo después de la toma). Además, está ya en parte digerida, por lo que es de color amarillenta y huele agria.

En el reflujo fisiológico el bebé echa la leche justo después de la toma y es de color blanca. Huele a leche porque aun no está digerida. Este reflujo no debe preocuparnos, pero si es importante que nos aseguremos que le ofrecemos lactancia a demanda, ya que, en la lactancia de fórmula, puede producirse reflujo cuando intentamos que coma más de lo que el bebé puede tolerar. 

En el reflujo silente el bebé echa la leche después de un estímulo, por ejemplo, al ponerlo bocabajo.

Algunos de los síntomas y signos que pueden ayudarnos a sospechar que nuestro bebé tiene reflujo son:

Reflujo en bebés

El diagnóstico debe hacerlo su pediatra.

Desde la fisioterapia infantil, atendemos a bebés con reflujo. El tratamiento consiste principalmente en dos aspectos: la terapia manual y las pautas a la familia.

Mediante la terapia manual (técnicas que empleamos con nuestras propias manos) abordamos:

1.Estructuras craneales: trabajamos sobre el nervio vago. Este nervio está muy relacionado con el sistema digestivo, ya que coordina su correcto funcionamiento. Además, es el nervio que produce el vómito. 

Este trabajo os puede resultar algo complicado de entender. Lo que suelo explicaros es que del cráneo salen diferentes nervios que van hacia distintas partes de nuestro cuerpo. A veces, las tensiones en los tejidos de alrededor provocan que la actividad de los nervios no sea la idónea. De esta forma, desde la fisioterapia trabajamos manualmente para liberar esas tensiones y mejorar la función de esos nervios.

En el caso del reflujo, el nervio que nos interesa liberar es el nervio vago. 

2. Estructuras del sistema digestivo: trabajamos el esófago y el estómago. Al igual que con el nervio vago, trabajamos la movilidad de estas estructuras y de los tejidos que las rodean para asegurarnos de que tienen el espacio y el movimiento que necesitan para cumplir con su función correctamente.

El reflujo se asocia al cólico del lactante, por lo que puede que sea necesario abordar también este aspecto. 

3. Estructuras del sistema respiratorio: cuando existe reflujo, el diafragma suele estar tenso y acortado. El diafragma es un músculo, y al igual que el resto, necesita estar libre de tensiones y contracturas para realizar correctamente su función.

Las pautas a la familia son recomendaciones que os ofrecemos para ayudar a disminuir la sintomatología y ayudar a que vuestro bebé se encuentre mejor.

Si alguna vez habéis tenido reflujo o ardores, sabréis que tumbarse justo después de comer provoca malestar y aumenta los síntomas. 

Por este motivo, es muy importante que mantengamos al bebé en posición vertical todo el tiempo posible, más aún después de las comidas. En los bebés que aun no se sientan solos, podemos conseguir esta postura a tevés del porteo ergonómico. Os dejo el enlace a la entrada donde hablamos sobre esto. 

Si vuestro bebé ya se mantiene sentado solo, podemos sentarlo en una alfombra con juguetes para que se mantenga vertical. Sin embargo, los cambios posturales y el movimiento no le ayudarán mucho, por lo que, si vuestro bebé es muy inquieto, será mejor recurrir de nuevo al porteo ergonómico.

Del mismo modo, debemos incorporarle la parte de la cabeza de la cuna para que no esté totalmente horizontal. Si tu cuna no dispone de esta función, no te preocupes, simplemente coloca una toalla enrollada (haciendo un rulo) debajo del colchón (solo por la parte donde colocará la cabeza). 

Es importante que no pongamos el rulo entre el colchón y nuestro bebé, sino entre el colchón y el somier de la cuna.

Por otro lado, si vuestro bebé tiene cólicos abdominales y acumula gases, os enseñaremos un masaje para la zona abdominal. Este es el enlace al post sobre el masaje para el cólico del lactante. 

Por último, si vuestro bebé tiene congestión nasal, es muy importante realizar lavados nasales para mejorar la respiración nasal y permitir la correcta alimentación. Además, evitaremos infecciones respiratorias.

Puede que sea también oportuno realizar un asesoramiento de la lactancia.

Espero que el post os haya gustado. Como veréis, son muchos los aspectos que se pueden abordar desde la fisioterapia infantil. Recordad compartir la entrada través de los enlaces que aparecen al final de este texto. Os leo también por Instagram.

¡Os deseo una maravillosa semana a todos!

Acerca del Autor

Ana Carrasco

Mi nombre es Ana Carrasco, natural de Sevilla. Soy graduada en Fisioterapia por la Universidad de Sevilla y Doctorada en Fisioterapia por la Universidad de Murcia. Después de años dedicados a la Fisioterapia Pediátrica, decido poner a tu disposición toda mi experiencia y mis conocimientos para ayudarte en el maravilloso pero inquietante camino de ser mamá o papá.

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