¡Feliz domingo, lectores! Esta semana volvemos a tener nuevo post en el blog: Masaje infantil para el cólico del lactante.
Los beneficios del masaje infantil son numerosos: promueve el apego y el vínculo afectivo, estimula el sistema circulatorio, promueve el aumento de la autoestima, facilita el sueño, alivia el dolor, etc.
Os dejo el enlace de la Asociación Española de Masaje Infantil por si os interesa leer más sobre estos beneficios.
Hoy os traigo al blog una entrada sobre el uso del masaje infantil como herramienta para mejorar los síntomas del cólico del lactante. No solo pueden beneficiarse de este masaje los bebés con diagnóstico de cólico del lactante, también aquellos bebés que se sientan incómodos en las digestiones, que acumulen gases o que les cueste trabajo hacer caca.
Es importante que entendamos que el masaje puede ayudarnos a disminuir los síntomas pero que debe ser algo complementario. Es decir, debemos acudir a un profesional para que valore el cuadro completo y nos ayude a ir a la causa del problema.
Por ejemplo, cuando se realiza lactancia materna exclusiva, frecuentemente nos encontrarnos que la causa del cólico del lactante no está en la inflamación del abdomen, ya que la leche materna no suele causar una respuesta inflamatoria en el sistema digestivo del bebé. No obstante, siempre hay excepciones que hay que valorar de forma individualizada.
En este caso, el masaje podría ayudarnos a disminuir el dolor por la acumulación de gases, pero es muy posible que la causa esté en otro factor (agarre inadecuado, tomas pautadas en horario y duración, etc.).
En la clínica, cuando valoro a un bebé por molestias por gases, en la primera sesión, siempre me gusta enseñar a los padres este sencillo masaje para que puedan empezar desde el primer día a hacer algo en casa para mejorar los síntomas. Por otro lado, emocionalmente, a los padres les ayuda a sentirse activos en la recuperación del bienestar de su bebé.
Además, como hemos visto al principio del post, serán muchos los beneficios físicos y emocionales derivados del masaje.
Es importante que el masaje se realice cuando el bebé esté tranquilo y receptivo. No es aconsejable hacerlo cuando esté nervioso o irritado. Del mismo modo, debe realizarse en una habitación que tenga la temperatura adecuada para poder tener al bebé sin ropa.
Personalmente, me gusta realizar el masaje abdominal sin cremas ni aceites, ya que, si los utilizamos, nuestros dedos se deslizarán sobre la piel del bebé, dificultándonos influir en planos más profundos como el aparato digestivo.
Sin embargo, si que os recomiendo usar un difusor de aceites esenciales con algún aroma que facilite la calma, tales como el de lavanda (efecto antiinflamatorio, analgésico, calmante y sedante), sándalo (efecto relajante y calmante) o mandarina (efecto sedante).
Para empezar el masaje, colocaremos al bebé bocarriba sobre el cambiador, una colchoneta o sobre la cama.
Es aconsejable que la luz no provenga del techo, ya que podrá molestar al bebé. Es mejor que la luz sea indirecta y tenue.
Empezaremos el masaje por la pierna izquierda del bebé, haciendo trazos ascendentes desde los dedos de los pies, pasando por el dorso del pie, la pierna, el muslo y la parte lateral del glúteo izquierdo.
Empezar por la pierna en vez de por el abdomen ayudará al bebé a aceptar mejor el contacto físico, ya que puede sentir rechazo a que le toquemos directamente la zona inflamada.
A continuación, realizaremos con nuestros dedos índice y corazón pequeños círculos sobre la parte baja e izquierda del abdomen del bebé (os marco en la imagen la zona con un círculo rojo). Tened en cuenta que esta zona es delicada y sensible, por lo que debemos hacerlo de forma suave.
Seguiremos el masaje por la pierna derecha, repitiendo los trazos ascendentes que previamente hicimos en la otra pierna.
Por último, realizaremos el masaje sobre el abdomen. Realizaremos 4 trazos siguiendo una secuencia concreta. Los realizaremos con los pulgares de las dos manos: un pulgar se mantiene fijo sobre la piel (punto azul en la imagen) y el otro realizará el trazo en la dirección y sentido correspondiente (flecha azul en la imagen).
Los trazos son acumulativos, es decir, realizaremos el trazo 1, luego el trazo 2 seguido del 1, a continuación el trazo 3 seguido del 2 y del 1, y por último, el trazo 4 seguido del 3, el 2 y el 1. Aunque pueda parecer complicado de entender, resulta sencillo si atendemos a la siguiente imagen.
Muchos masajes que podáis encontrar por internet, os recomiendan empezar por la zona del trazo 4, sin embargo, por mi experiencia personal, os recomiendo empezar por el que os marco como trazo 1, ya que evacuar primero el último tramo del aparato digestivo hace que el masaje sea más efectivo y menos doloroso para el bebé.
¡Esto es todo por hoy lectores! Espero que el contenido de esta entrada os haya gustado y entretenido.
Dejadme en comentarios si soléis realizar masajes a vuestros bebés y si os resulta un momento agradable para los dos.
Recordad que estoy en Instagram con la cuenta @tufisioinfantil.
¡Feliz domingo! Y gracias por leerme una semana más, ¡Hasta pronto familia!