¡Hola a todos! Ya estamos de vuelta por aquí… Yo vuelvo con mucha ilusión por los nuevos proyectos. Como os dije en el post anterior, he sido mami y aunque ahora el día parece tener menos horas, tengo muchas ganas de volver a coger ritmo con el blog. Os traigo un post titulado Frenectomía en bebés: mi experiencia.

El pasado mes de marzo nació mi primera hija y tal y como deseaba, el contacto piel con piel fue inminente tras el parto. Sabía de la importancia de este momento para muchos aspectos… regulación de la temperatura, vínculo, inicio de la lactancia materna, etc. El primer agarre fue antes de las 2h tras el nacimiento.

A las 12h después del parto, ya veía algunos indicativos de que algo no iba bien: sentía un gran dolor en los dos pezones, mi bebé tenía retrognatia muy marcada (barbilla atrasada), cayo en el labio superior, edema en los labios, labios brisados, lengua con forma de cuchara y de corazón… Todo me hacía pensar en la posibilidad de la presencia de un frenillo sublingual corto.

Boca abierta mientras dormía
Lo máximo que podía sacar la lengua
Labios brisados, cayo y edema

En el hospital donde di a luz, una asesora de lactancia pasaba por las habitaciones para ayudar a las madres que quisieran dar el pecho a su bebé. Me pareció un recurso muy necesario, porque a pesar de tener formación en lactancia materna, te encuentras tan abrumada por la intensidad del momento que a veces no eres capaz de poner las ideas en pie.

La asesora confirmó mi sospecha: frenillo sublingual corto tipo 2.

Sin embargo, en el hospital no consideraron que fuera necesario intervenir de manera inmediata, por lo que nos dieron el alta y nos dijeron que ya nos llegaría la cita para la frenectomía.

La cita nos llegó dos semanas más tarde y se realizaría cuando mi hija cumpliera 1 mes.

Durante ese tiempo continuamos con lactancia materna exclusiva pero con mucho dolor, tomas muy largas (1h y media), vaciado incompleto del pecho, atragantamientos, sueño con la boca abierta, etc. No obstante, ella pudo coger peso con normalidad.

Estaba muy empeñada en hacer lactancia materna exclusiva y nunca me planteé introducir leche de fórmula. Sin embargo, si me sentí frustrada por el miedo a no poder cumplir lo que yo deseaba. En ese momento, el apoyo de tus familiares y la información son el mayor sostén que podemos tener para seguir luchando por nuestro deseo.

El día de la frenectomía llegó y mi sorpresa vino cuando el profesional sanitario que la realizó me comentó que no era necesario hacer ningún tipo de ejercicios, que mamar era suficiente. Por mi profesión, sabía que existía esta corriente. Sin embargo, profesionales de referencia insistían en la necesidad de realizarlos para evitar la cicatrización incorrecta y para habilitar la movilidad de la lengua. Así que decidí hacerlos.

Tras esta frenectomía no noté ningún cambio… Esto fue muy decepcionante porque realmente confiaba en que ese estuviera siendo el problema.

Como no me quedé conforme, solicité una valoración por el equipo de Consulta de Lactancia de Carmen Vega. En esta consulta me dijeron que la frenectomía que le habían realizado era incompleta, es decir, ahora tenía un frenillo sublingual tipo 3 en vez de un tipo 2… pero seguía estando. Nos aconsejaron volver a intervenir.

Podéis imaginaros la gracia que nos hacía tener que volver a intervenir a nuestra hija. La intervención es corta y sencilla, pero el sofocón no hay quién nos lo quite.

Después de darle muchas vueltas, nos decidimos a realizarla de nuevo.

Carmen Vega realizó la frenectomía y ahora sí el corte había sido completo. Podíamos ver claramente un rombo debajo de la lengua, ya que además de la “telilla”, había cortado también la parte submucosa.

Frenectomía en bebés
Cicatriz con forma de rombo tras la frenectomía completa

Las 24h próximas a la frenectomía mi hija estuvo dolorida pero en poco tiempo la notaba mucho más relajada.

En la clínica, nos comentaron la importancia de los ejercicios y la intensidad con la que debíamos hacerlos. Esto sin duda ha sido la parte más dura. Hay que ser muy constante para que no se adhiera.

Unos días después de la frenectomía ya notábamos la mejora: tomas más cortas, no se atragantaba, vaciado completo del pecho y el dolor fue desapareciendo. Ahora sí vi la luz al final del túnel. Ahora sí tenía la esperanza de poder tener la lactancia que deseaba.

El equipo de Carmen Vega realiza varias revisiones después de la frenectomía para revisar que todo vaya bien. Esto es clave… evidentemente el papel diario de los padres es fundamental, pero no es justo dejar toda la responsabilidad a ellos. Los profesionales deben guiarlos y acompañarlos.

Además, cada caso es diferente. En nuestro caso, a pesar de no saltarnos ni una vez los ejercicios, en varias revisiones la cicatriz estaba un poco adherida. Las consultas te daban mucha seguridad porque te hacían ver que todo el esfuerzo estaba dando su fruto.

Incluso podías enviarles fotos y vídeos si te surgían dudas de cómo iba el proceso. Este recurso también me pareció imprescindible.

2 meses después de la frenectomía nos dieron el alta. Se dice pronto… pero ese alta te sabe a Gloria. Sientes una inmensa satisfacción y orgullo porque ¡Lo hemos conseguido!

Mi hija tiene 6 meses y hemos podido completar los 6 meses de lactancia materna exclusiva que tanto deseaba y seguimos… ¡Qué felicidad!

Además, el cambio ha sido increíble: el paladar ha bajado mucho, no se atraganta, la posición de la barbilla se ha corregido, vacía el pecho por completo y de forma muy rápida, duerme con la boca cerrada, etc.

Posibilidad de sacar la lengua tras el alta

Desde este post quiero dar las gracias al equipo de Consulta de Lactancia de Carmen Vega por acompañarnos durante esos 2 intensos meses.

Para finalizar esta entrada, os dejo algunos consejos y conclusiones:

Sigue tu instinto, si sientes que algo no va bien, PIDE AYUDA.

La lactancia hace saltar la alarma de que algo falla, pero un frenillo sublingual corto NO SOLO AFECTA A LA LACTANCIA.

Busca profesionales ACTUALIZADOS y que te transmitan SEGURIDAD.

El seguimiento es imprescindible, NO TODO ES RESPONSABILIDAD DE LOS PADRES.

Cuanto MÁS PEQUEÑO sea vuestro bebé, MÁS FÁCIL es todo el proceso.

HAZ LOS EJERCICIOS QUE TE PAUTEN, aunque parezca que no acaban nunca, TU ESFUERZO MERECERÁ LA PENA.

Y vosotros, ¿Tenéis experiencia con un frenillo sublingual corto? Os leo en comentarios y en Instagram.

¡Feliz semana familia!

Acerca del Autor

Ana Carrasco

Mi nombre es Ana Carrasco, natural de Sevilla. Soy graduada en Fisioterapia por la Universidad de Sevilla y Doctorada en Fisioterapia por la Universidad de Murcia. Después de años dedicados a la Fisioterapia Pediátrica, decido poner a tu disposición toda mi experiencia y mis conocimientos para ayudarte en el maravilloso pero inquietante camino de ser mamá o papá.

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