¡Buenos días lectores! Este domingo voy a hablaros sobre: ¿Cuándo debemos pasar del capazo a la silla de paseo?
En primer lugar, quiero daros las gracias por los mensajes que me hacéis llegar. Me alegra mucho que el blog os esté siendo de utilidad y os agradezco de corazón los mensajes que recibo.
Decidir cuál es el momento adecuado para pasar del capazo a la silla de paseo genera dudas en muchas familias. Hoy intentaré aclarar vuestras dudas.
En primer lugar, me gustaría que supierais que el capazo no es el dispositivo de transporte ideal para un recién nacido… A continuación, os explico el por qué.
El capazo mantiene al recién nacido en una posición de extensión de su columna y de sus caderas. Además, genera puntos de presión sobre la parte posterior de la cabeza del bebé.
Como ya vimos en el post “El porteo ergonómico: ¿Beneficios?, ¿Postura correcta?, ¿Dónde comprar el portabebés?” la postura que favorece el correcto desarrollo de las estructuras músculo-esqueléticas de los recién nacidos es con la espalda en flexión (posición de “C”), las caderas en flexión y apertura (posición de “M” o de “ranita”) y sin puntos de apoyo en la cabeza.
Esta postura solo podemos conseguirla a través del porteo ergonómico. Por lo que, el porteo es fundamental al menos hasta los 6 meses.
No obstante, hay familias que deciden no portear y utilizar el capazo o combinar el uso del portabebés y el capazo.
A continuación, hablaremos sobre los diferentes motivos que llevan a las familias a pensar que es el momento correcto para meter el capazo en el trastero y utilizar la silla de paseo.
- “A mi bebé no le gusta estar en el capazo, es soltarlo allí y ponerse a llorar”.
El recién nacido ha estado en posición fetal (con la espalda en “C” y las piernas flexionadas) durante los meses de embarazo.
Parece comprensible que muchos bebés prefieran estar en contacto con sus padres y que se sientan desprotegidos e incómodos en el capazo por la posición forzada en extensión.
- “El capazo se le ha quedado pequeño”.
Los capazos tienen unas medidas estándar.
No todos los bebés tienen el mismo ritmo de crecimiento, por lo que si adquirimos un capazo pequeño y nuestro bebé tiene un crecimiento en talla y peso elevado, puede que limite su movilidad antes de que esté preparado para pasar a la silla de paseo.
- “Mi bebé ya ha cumplido los 6 meses”.
Antiguamente se entendía que los bebés debían de seguir un determinado y estricto desarrollo en función de los meses de edad. No obstante, hoy en día sabemos que cada bebé tiene su ritmo de desarrollo y que no por eso debe existir un problema. Por este motivo, no debemos establecer edades concretas para tomar esta decisión.
De esta forma, puede que un bebé de 5 meses ya esté preparado para la silla de paseo y que uno de 7 meses no lo esté.
- “Mi bebé se aburre en el capazo y quiere ir cotilleando lo que pasa a su alrededor”.
Es frecuente ver a bebés agarrados al borde del capazo para incorporarse y observar lo que pasa en el mundo exterior.
Parece lógico que, a cierta edad, sea más divertido observar al niño que corre o al perro que ladra en vez de mirar continuamente el cielo o el techo.
- “Si tenemos que coger el coche o subir algunas escaleras, el capazo ocupa mucho y la silla se pliega en un momento”.
No es ningún secreto que los capazos no son del todo prácticos en determinadas situaciones.
Si estáis viviendo alguno de estos escenarios os preguntaréis si es correcto pasar definitivamente a la silla de paseo o si por lo contrario puede ser perjudicial para vuestro bebé.
La respuesta es siempre la misma para todos los escenarios descritos anteriormente:
Debéis hacer una prueba. Colocad a vuestro bebé sentado sobre una alfombra sin que ningún cojín ni almohada toque su cuerpo y cabeza. A continuación, colocaos por detrás de vuestro bebé y agarrad su pelvis con vuestras manos.
¿Es capaz de mantener su cabeza y su tronco de forma estable y sin oscilaciones?
Si la respuesta es SI, podéis pasar a una silla de paseo.
Si la respuesta es NO, pasar a una silla de paseo puede ser perjudicial para la espalda de vuestro bebé, ya que no está preparada para soportar el peso de su cuerpo.
Solo en el caso de que la respuesta haya sido SI, haced una segunda prueba. Si quitáis vuestras manos de la pelvis del bebé, ¿Es capaz de quedarse sentado solo de forma estable y segura?
Si la respuesta es SI, podéis pasar a una silla de paseo no reclinada, ya que su espalda está preparada para soportar el peso de su cuerpo.
Si la respuesta es NO, podéis pasar a una silla de paseo reclinada siempre hacia detrás, ya que su espalda está preparada para soportar solo parte de su peso.
Por último, intentaré daros algunas alternativas para aquellos casos en los que NO debáis pasar todavía a la silla de paseo pero estéis teniendo algunos de los problemas que hemos descrito.
Si vuestro bebé llora al colocarlo en el capazo, debéis vigilar que éste tenga una temperatura adecuada. Además, si es un recién nacido, podéis probar a colocar un cojín reductor para que se sienta más arropado y protegido. Si el bebé no termina de estar tranquilo en el capazo, debéis optar por el porteo ergonómico.
Si el capazo se le ha quedado pequeño os recomiendo optar por el porteo ergonómico o por adquirir un capazo de dimensiones mayores.
Si vuestro bebé se incorpora en el capazo para cotillear el mundo exterior pero aun no es el momento adecuado para pasar a la silla, tened paciencia porque el momento para poder pasarlo de forma segura a la silla está cerca. Recordad que trabajar los abdominales para asomarse no es perjudicial para ellos.
Por último, si el capazo os resulta incómodo de transportar, probad un portabebés. Es el dispositivo que menos ocupa para transportar al bebé.
¡Espero que esta entrada os haya gustado! No es por ser alarmista… pero debéis saber que usar la silla de paseo antes de tiempo es una de las causas de desviaciones de columnas (escoliosis) en la infancia. ¡La prevención es la clave!
Feliz semana para todos. Podéis seguirme en @tufisioinfantil para saber cuándo se suben las entradas al blog. Como siempre, ¡Os leo!