¡Hola lectores de tufisioinfantil! Hoy vamos a profundizar en un tema sobre el que me habéis preguntado: ¿Cuándo debe nuestro bebé empezar a utilizar almohada?

Hace unas semanas, lancé en mi cuenta de Instagram una historia para que me hicierais llegar vuestras preguntas. Os dejo el enlace al primer post de Preguntas y Respuestas.

Una de las preguntas que me hicisteis era sobre el uso de almohadas. Como es un tema sobre el que ya pensaba hablaros, he decidido dedicarle todo un post a esta pegunta.

Cuándo debe nuestro bebé empezar a utilizar almohada

Para entender cuándo debemos iniciar el uso de las almohadas, necesitamos alguna noción básica de anatomía.

La cabeza del bebé ocupa aproximadamente 1/3 de la longitud total del bebé. Sin embargo, con los años, esa proporción va disminuyendo.

De esta forma, los bebés tienen, en proporción, la cabeza más grande y ancha. Es por eso, que la diferencia entre su cabeza y sus hombros es mínima, de forma que, si colocáramos una almohada para dormir, estaríamos forzando la curvatura fisiológica de su columna.

Los adultos en cambio presentan mayor diferencia entre el ancho de su cabeza y sus hombros, por lo que, al dormir, sobre todo de lado, suelen preferir utilizar una almohada para mantener la columna recta.

Por este motivo los bebés NO deben utilizar almohadas.

Además, las almohadas puedes ser peligrosas, ya que pueden impedir al bebé respirar correctamente.

Entonces, ¿A partir de que edad deben utilizarse las almohadas? No existe una edad a la que se deba obligatoriamente utilizar almohada, ya que la morfología de cada niño y adulto es diferente. Son muchos los adultos que se encuentran más cómodos durmiendo sin almohadas.

Lo que si está más claro es hasta que edad NO se deben utilizar: NO debemos utilizar almohadas con niños menores de 2 años. A partir de los 2 años, os aconsejo que valoréis el sueño de vuestr@ hij@.

Si suele dormir bocarriba y descansa bien, no tengáis prisa por incorporar la almohada.

Si suele dormir de lado y veis que la cabeza le cuelga porque sus hombros son muy anchos, podéis empezar a incorporarla.

Si vuestr@ hij@ se mueve mucho en la cama y cambia frecuentemente de postura, os recomiendo no incorporarla aun para que la almohada no le impida respirar correctamente.

En general, si vuestr@ hij@ mayor de 2 años está descansando correctamente, no es necesario incorporar la almohada.

Si vuestr@ hij@ mayor de 2 años no descansa correctamente, podéis valorar incorporar la almohada para ver si el sueño mejora.

Recordad que cada niño tiene un desarrollo diferente y que no debemos marcar edades concretas como puntos decisivos.

Se pueden dar situaciones excepcionales…

Si tu bebé presenta reflujo gastroesofágico o tiene mocos, suele ser aconsejable incorporarle a la hora de dormir para mejorar el descanso. Muchos padres colocan una almohada para poder incorporarlo.

En estos casos, os recomiendo que coloquéis la almohada o el cojín debajo del colchón en vez de debajo de la cabeza del bebé. De esta forma, mejoraremos el descanso sin modificar la curvatura fisiológico de su columna.

Si tu bebé presenta plagiocefalia, suele ser aconsejable utilizar una almohada específica para disminuir y repartir los puntos de presión que el colchón ejerce sobre la cabeza del bebé. Os dejo el enlace del cojín que os recomiendo en este caso. Es un cojín anatómico y seguro para los bebés.

No obstante, en estos casos, debéis saber que el uso de este cojín no debe nunca sustituir los tiempos de estimulación bocabajo. Si vuestro bebé presenta plagiocefalia, os recomiendo portear de forma ergonómica y disminuir el tiempo de tumbado bocarriba. Bajo ningún concepto, el uso de este cojín debe ser un motivo para justificar los tiempos prolongados en esta posición.

¡Esto es todo por hoy! Escribidme para cualquier duda o consulta. Espero que este post os haya gustado. Si es así, dejadme en comentarios qué otros temas os gustarían que tratáramos. ¡Feliz semana lectores!

Acerca del Autor

Ana Carrasco

Mi nombre es Ana Carrasco, natural de Sevilla. Soy graduada en Fisioterapia por la Universidad de Sevilla y Doctorada en Fisioterapia por la Universidad de Murcia. Después de años dedicados a la Fisioterapia Pediátrica, decido poner a tu disposición toda mi experiencia y mis conocimientos para ayudarte en el maravilloso pero inquietante camino de ser mamá o papá.

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