¡Hola lectores! Este domingo vamos a tratar un tema por el que me habéis preguntado: ¿Realmente es tan importante el gateo?

El gateo es una forma de desplazamiento que adquiere el bebé y que consiste en desplazarse por el suelo apoyándose sobre sus manos y sus rodillas.

Suele desarrollarse aproximadamente entorno a los 8-10 meses de edad. Sin embargo, es común escuchar a gente comentar que no gateó y que tampoco pasa nada por no hacerlo.

Lo cierto, es que a pesar de que el gateo tiene numerosos beneficios, muchos bebés adquieren un desarrollo motor típico sin experimentar el gateo.

¿Qué beneficios tiene el gateo?

El gateo es un movimiento coordinado, es decir, es un movimiento que requiere coordinación entre el hemicuerpo derecho y el izquierdo. Además, es un movimiento cíclico, es decir, que repite constantemente determinados patrones de movimientos.

Esto es exactamente lo que pasa en la marcha. La marcha es una forma de desplazamiento muy compleja y que requiere coordinación y que además, repite de forma cíclica los movimientos.

Es por este motivo, que frecuentemente vemos cómo bebés que desarrollan un gateo coordinado, desarrollan posteriormente una marcha coordinada y segura sin caídas.

Del mismo modo, muchos de los bebés que no gatean, desarrollan inicialmente una marcha más inestable que madurará de forma más lenta.

Además, para “entrar y salir” de la posición de gateo, el bebé debe desarrollar diferentes cambios posturales que requieren rotaciones del cuerpo y posiciones oblicuas.

Por otra parte, la posición de gateo conlleva cierta carga de peso para las caderas, lo que favorece su correcta maduración.

De esta forma, cualquier fisioterapeuta infantil os aconsejará que le ofrezcáis un entorno que facilite el desarrollo del gateo.

Por supuesto, el gateo ofrece al bebé los beneficios de cualquier desplazamiento: autonomía, formación de la autoestima, exploración del entorno, desarrollo cognitivo, etc.

¿Pasa algo si el bebé no gatea?

Como hemos dicho anteriormente, muchos bebés adquieren un desarrollo motor típico sin experimentar el gateo.

Lo importante, desde mi punto de vista, no es tanto haber gateado o no como el hecho de haberle ofrecido un entorno que promueva y facilite el gateo. Es decir, dar al bebé la oportunidad de que lo desarrolle, independientemente a que luego lo experimente o no.

De esta forma, si ofreciéndole un entorno adecuado de estimulación, el bebé desarrolla otra forma de desplazamiento en el suelo: arrastre o “culeo”, no debemos forzarle a que gatee.

Del mismo modo, si vuestro bebé gatea pero de forma asimétrica, por ejemplo, apoyando sus manos, un pie y una rodilla, no debéis forzarle a hacerlo de forma simétrica. No obstante, en este caso, os recomiendo que solicitéis una valoración por un fisioterapeuta infantil para que descarte alguna disfunción en las caderas. Muchos bebés realizan un gateo asimétrico sin presentar ninguna disfunción, pero siempre está bien asegurarnos.

Lo perjudicial para el desarrollo del bebé no es no gatear, sino privarle de un entorno que promueva el desplazamiento en el suelo. Por ejemplo, el uso excesivo de hamacas o parques cuna, pasar poco tiempo en el suelo, ponerle los juguetes demasiado cerca, etc.

¿Cuál es el entorno facilitador del gateo?

El entorno que facilita y promueve el gateo es aquel en el que colocamos frecuentemente al bebé en el suelo, por ejemplo, sobre una alfombra tipo puzzle de Goma EVA. Debemos colocarlo bocabajo para que progresivamente vaya aprendiendo a apoyarse sobre los brazos para levantar la cabeza y el cuerpo.

Además, debemos colocarle los juguetes u objetos estimulantes a cierta distancia para que se esfuerce en ir a por ellos, siempre teniendo en cuenta sus posibilidades. Debemos ir animándole para que el bebé aprenda a moverse a través de la motivación y el entusiasmo.

Es importante que aprovechemos un momento en el que el bebé se encuentra receptivo y tranquilo. Del mismo modo, debemos hacerlo progresivamente y desde muy pequeño para que no rechace la posición de bocabajo.

es tan importante el gateo

Por otro lado, debemos evitar la verticalización precoz del bebé a través de dispositivos como los tacatás, los saltadores, etc. Os dejo el enlace al post en el que hablamos sobre este tema.

¡Esto es todo por hoy familia! Espero que el post os haya ayudado a entender los beneficios del gateo y sobre todo los posibles perjuicios de no ofrecer un entorno estimulador.

Recordad que estoy en Instagram con la cuenta @tufisioinfantil.

Muchas gracias por estar por aquí una semana más y ¡Hasta pronto!

Acerca del Autor

Ana Carrasco

Mi nombre es Ana Carrasco, natural de Sevilla. Soy graduada en Fisioterapia por la Universidad de Sevilla y Doctorada en Fisioterapia por la Universidad de Murcia. Después de años dedicados a la Fisioterapia Pediátrica, decido poner a tu disposición toda mi experiencia y mis conocimientos para ayudarte en el maravilloso pero inquietante camino de ser mamá o papá.

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